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Arqueología del Caribe Oriental y Occidental: avances, retos y conexiones

Si hacemos un barrido por la literatura especializada, podemos apreciar una discusión sobre el poblamiento de las Antillas que evoca toda la cuestión sobre la distribución de las sociedades asociadas a las lenguas Arawak. Sucede lo mismo en la franja occidental, donde diversos académicos que van desde lingüistas, pasando por antropólogos hasta llegar a los arqueólogos, se han preguntado la distribución de las sociedades con lenguas de origen Chibcha (Falchetti, 1993; Constenla, 1995). Sin embargo, estas agendas disciplinarias poco se han desarrollado, lo que se evidencia en la poca literatura que permite apreciar las interacciones en el Caribe. Hace casi dos décadas, Callaghan y Bray (2007) simularon los mecanismos de contacto en la franja occidental entre Colombia y Costa Rica, e incluso insinuaron las materialidades que se intercambiaban, pero a pesar de ello poco hemos conocido desde entonces sobre las materialidades asociadas a esas interacciones, y menos aún sus motivaciones. Los mismo ocurre de lado Antillano, hay una discusión sobre los modelos de poblamiento, mecanismos, pero falta una comprensión sobre las ideologías regionales (Giovas y Fitzpatrick, 2014). En este sentido, son apreciadas las investigaciones que aborden las interacciones en el Caribe, en tiempos prehispánicos, coloniales o modernos, y que tomen como puntos de referencia las sociedades nativas, mestizas, raizales o creoles. En este orden de ideas, se invita a pensar los datos regionales en una perspectiva de interconexiones que desbordan las imágenes que hemos creado del pasado por la influencia de las historias nacionales decimonónicas. Asimismo, esta mirada arqueológica, no desdeña el papel de las comunidades locales en el fortalecimiento de la infraestructura colonial y republicana, pues fueron, por ejemplo, los indígenas con sus sistemas de navegación los que permitieron fondear las naves más grandes que instalaron el comercio del Área Intermedia con el globo en el siglo XVI. Igualmente, fueron los navegantes indígenas los que permitieron el poblamiento del interior del territorio después de fundados asentamientos de enclaves como Santa Marta en Colombia. Sin duda alguna, las investigaciones en el Caribe, desde el punto de vista de la historia y la antropología, son un nicho para contribuir a una teoría de la arqueología del Caribe que privilegie las interconexiones, los intercambios, y no solo las preguntas por el poblamiento o las jerarquías, tan cercanas a la ciencia paradigmática actual.
Revista: 
Responsable: 
Wilhelm Londoño Díaz
Correo electrónico de contacto: 
Fecha límite: 
30-1-2023

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